Aprende a llorar y si no sabes hacerlo,
dile a alguien que te enseñe.
Llorar es tan necesario como amar.
Llorar estabiliza el cuerpo hacia dentro.
A veces lloras de alegría y otras de pena.
Pero en ambas situaciones, cuando lloras,
hay una revolución interna,
todo dentro de ti cambia de sitio
y ocupa un lugar distinto al que tenía hacía un rato.
Y haces que el pensamiento también cambie.
Si alguien te dice que no llores,
hazlo igualmente y muestra la magia.
Llorar te salvará de ser una roca, un trozo de tela o un martillo.
Habrá días, que te salve la vida entera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario