Tengo un papá y es poderoso,
porque tiene poderes mágicos.
Hay días que me mira y sabe lo que me pasa por dentro.
Si lo que siento me hace llorar,
con sólo dos dedos puede adivinar donde se esconde mi risa
y encuentra cosquillas que despertar.
Otros días, él también siente tristeza dentro
y lloramos juntos.
¡Sabes! Los papás también saben llorar.
El mío me lo cuenta y lo agarro de la mano,
dice que soy una gran compañía cuando está triste.
Y, aunque no sé bien dónde se esconde su risa,
sabemos llorar juntos y eso hace,
que formemos un gran equipo.
Mi papá también llora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario